viernes, 3 de diciembre de 2010

El retorno del Rey

Madrugada cargada de morbo en la NBA: LeBron James volvía a la que hasta ahora había sido su casa, el Quicken Loans Arena. Una cita marcada en rojo en el calendario puesto que todos esperaban con ansia el regreso del Rey a Cleveland y, como no podía ser de otra forma, James no defraudó.
Miami se impuso cómodamente, 90-118, logrando su tercera victoria consecutiva, tras imponerse a los Wizards y los Pistons, y parece que poco a poco van aparcando la crisis de resultados que estaban atravesando. Habrá que ver si se arregla el "divorcio" existente entre Wade, LeBron y Bosh con el técnico de los Heat, Erik Spoelstra.
Lo que sí está claro es que anoche se pudo ver a una de las mejores versiones de la temporada del King. En los treinta minutos que estuvo en pista logró 38 puntos, 8 asistencias y 5 rebotes.
Parece que el esperado hostil recibimiento motivó a la estrella de Akron, que se permitió hasta volver a hacer allí su "show" de los polvos de magnesia ante la mesa de anotadores. Resolvía de este modo las dudas, se llegaron hasta a hacer apuestas en Las Vegas, sobre si finalmente se atrevería a hacerlo o lo consideraría demasiada provocación.
Los aficionados de los Cavaliers volvieron a demostrar que no perdonan que les abandonase para ir a parar a un equipo con mayores aspiraciones al título. Y es que para un ganador nato como James tiene que resultar frustrante estar durante siete temporadas tan lejos del preciado anillo.
Entre gritos y pancartas de "cobarde", "traidor" o "Queen"; recibieron a su ex ídolo, quien no entiende la actitud de su anterior afición.
"No entiendo toda la animosidad que hay hacia mi persona después de los siete años de entrega y de lealtad que tuve con el equipo". Aunque quiso dejar claro que no guarda rencor a nadie, "para mi todo está bien. Sé cómo son de apasionados estos aficionados, pero ahora soy un jugador de los Heat y debo hacer todo lo mejor para ganar".
Eso sí,"The King" quiso dejar claro que no tiene que pedir perdón puesto que su intención no fue herir a nadie


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