Ni es el primero ni será el último jugador que prueba suerte en la NBA y tras una experiencia no todo lo buena que esperaba se vuelve al Viejo Continente para tener de nuevo minutos y sentirse otra vez importante. Tras casos como el de Spanoulis o Jasikevicius, el último en regresar ha sido David Andersen. El pívot australiano, que también cuenta con la nacionalidad danesa, ha firmado un contrato con el Montepaschi Siena para las próximas tres temporadas. De esta manera, vuelve a la que fue su casa en la temporada 2003/2004, única en la que jugó en las filas blanquiverdes y en la que logró el título de Liga.
Pianigiani logra hacerse de este modo con un refuerzo de lujo, uno de los hombres interiores de mayor calidad en estos momentos en Europa. Junto a hombres como Milovan Rakovic o Ksistof Lavrinovic, el juego en la pintura de los de Siena se vuelve todavía más intratable con el que volverán a tratar de lograr su principal obsesión: ganar la Euroliga, puesto que en la Lega sigue mostrándose intratables.
Andersen buscará pasar página rápidamente a sus dos últimas temporadas en las que, tras cruzar el charco, no ha contado apenas con oportunidades en la mejor Liga del mundo. Inició su aventura en los Houston Rockets y de ahí pasó a ser compañero de Calderón en los Raptors.
En ambas franquicias dejó destellos de calidad en los pocos minutos con los que contaba, pero su traspaso a los New Orleans Hornets supuso un paso atrás, ya que Monty Williams apenas contó con él. Jugando menos de ocho minutos por partido es muy difícil demostrar nada, sin embargo Andersen logró terminar promediando 2.7 puntos, 1.7 rebotes y 0.2 asistencias.
Unos números demasiado bajos para toda una estrella como él, para alguien acostumbrado a ser una pieza fundamental en sus equipos y que ha ganado la Liga en Italia, Rusia y España y acumula ya tres Euroligas.Será todo un lujo y un placer poder volver a disfrutar de él en Europa.
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