lunes, 9 de mayo de 2011

Un trébol para dominarlos a todos

Se cumplieron los pronósticos y el más favorito no defraudó. El Panathinaikos se impuso por 78 a 70 al Maccabi Tel Aviv y conquistó su sexto título europeo. Se podría decir que en la final no hubo color, pero sí que lo hubo. Uno. El verde.
Obradovic volvió a demostrar que es el auténtico rey de Europa y se hizo con su octavo campeonato. Eso sí, sobre la pista contaba con un gran ayudante como Diamantidis. Entre los dos, sin quitar mérito a hombres como Batiste o Nicholas, lograron desactivar al equipo macabeo que tan buenas impresiones había dado frente al Madrid en semifinales.
Se enfrentaban dos estilos completamente diferentes y los verdes lograron imponer el suyo durante todo el partido. La buena defensa planteada por Panathinaikos impidó el juego rápido, los tiros a los pocos segundos de posesión y los contraataques y los de Blatt se vieron atados de pies y manos en muchos momentos del encuentro. Si a esto le sumas que los israelíes tuvieron una tarde aciaga de cara al aro, 24/65 en total, resulta poco menos que imposible ganar a los verdes.
La amenaza de Maccabi estaba clara y Obradovic se centró en desactivar al gigante heleno Schortsanitis con Vogioukas primero y Maric después, para que de este modo Batiste se encontrara con un "Big Sofo" más cansado y con problemas de faltas para que de esta manera el pívot americando campase a sus anchas en la pintura.



Eidson volvió a erigirse como el líder de los amarillos y junto a Diamantidis ofrecieron una bonita lucha de dos verdaderos estrategas de este deporte. El problema para los de Blatt es que en esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido en semifinales, Eidson solo aguantó a este gran nivel los primeros veinte minutos. De este modo se llegaba al descanso con ambos equipos muy igualados, 33-30, pero en la segunda mitad nadie pudo parar el rodillo de los del trébol.
Y es que el maestro Obradovic contaba todavía con una bala en la recámara llamada Drew Nicholas. El alero apenas había aportado nada en los dos primeros cuartos, pero sabía que a partir del tercero era su momento y no lo desaprovechó aportando 14 puntos y sentenciando la final.
Eso sí, todavía quedaron unos instantes de incertidumbre ya que la zona press de Maccabi provocaba una breve pájara del PAO en ataque que hizo que los amarillos se colocasen a solo a 7 puntos a falta de 4 minutos. Sin embargo, el intento de remontada quedó en un simple espejismo y el Panathinaikos echaba por tierra todas las esperanzas de los cerca de siete mil seguidores macabeos que tiñeron de amarillo las gradas del Palau Sant Jordi.

Al final el MVP del encuentro fue Diamantidis merced a sus 16 puntos, 9 asistencias y 5 rebotes. Fue en todo momento la prolongación del técnico serbio en la pista y dejó claro que es en estos momentos uno de los mejores bases del baoncesto europeo, puesto que a esos grandísimos números hay que incluir una intachable defensa a Pargo y el saber marcar en todo momento el ritmo del partido que más le convenía a su equipo. Batiste fue de nuevo uno de los que más se benefició de su juego gracias a los pick and rolls que tanto han hecho a lo largo de la temporada.

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