Diamantidis la defensa, Rako el ataque

A falta de disputarse la Final Four de Barcelona, la Euroliga ha comenzado a dar sus premios a los mejores de la temporada. En concreto han sido dos: el Trofeo al Mejor Defensor, que un año más ha ido a parar a manos de Diamantidis, y el Trofeo Alphonso Ford al máximo anotador, que ha recalado en Igor Rakocevic.

Hablar del mejor defensor de la Euroliga es sinónimo de hablar de Dimitris Diamantidis y es que el base griego es un auténtico acaparador de este galardón. Para muestra un simple dato, de las útlimas siete ediciones se ha hecho con este premio en seis ocasiones. Únicamente el pívot ruso Viktor Khryapa logró arrebatárselo la temporada pasada.
Pero en la presente campaña los técnicos de la Euroliga han vuelto a tener claro que el jugador del Panathinaikos debía recuperar su trono y ha sido elegido con más del doble de votos que sus perseguidores: el alero del Montepaschi Siena Shaun Stonerook y los aleros del Maccabi Tel Aviv Doron Perkins y Chuck Eidson. Entre los españoles cabe destacar dos nombre propios: Ricky Rubio y Fran Vázquez, cuya faceta defensiva también fue tenida en cuenta por los entrenadores.
Diamantidis ha promediado 3.8 rebotes y 1.6 robos por partido, pero más allá de los números, lo que verdaderamente impresiona en él es la presión que ejerce en sus rivales a la hora de defender y la facilidad con la que una vez que ha recuperado un balón lleva a cabo el contraataque.

Y si la defensa tiene nombre propio, en el ataque de la Euroliga también va forjándose otro, el de Igor Rakocevic. El escolta del Efes Pilsen se ha hecho con el Trofeo Alphonso Ford al máximo anotador merced a los 17.2 puntos que ha promediado en los catorce encuentros que ha disputado en la máxima competición continental.
Tras una mala primera temporada, marcada por sus desencuentros con el entrenador, Rako ha vuelto a ser el killer de siempre y se ha mostrado mucho más regular en su juego, como muestra el hecho de haber logrado dobles dígitos en su anotación en trece de los catorce partidos en los que saltado a la cancha. Además, en cinco de ellos se fue más allá de los veinte puntos, destacando los veinticuatro que logró endosarle al conjunto italiano del Montepaschi durante el Top16.
De esta manera, el serbio entra en la historia al convertirse en el primer jugador que logra este premio por tercera vez en su carrera. Anteriormente ya lo había logrado en 2007 y en 2009, en ambas ocasiones con el por entonces TAU Cerámica.