miércoles, 20 de abril de 2011

La NBA se queda sin "Chocolate Blanco"

Jason Williams ha anunciado su retirada del baloncesto a sus 35 años. Su espalda parece haber dicho basta y las molestias que lleva arrastrando toda la temporada y que le han hecho perderse los últimos diecisiete partidos han sido el detonante final para que el veterano base deje las canchas.
Esta vez sí que parece que será definitiva, aunque Chocolate Blanco ya se tomó un año sabático para volver a la NBA de la mano de los Magic. Los fichajes de Duhon y posteriormente de Arenas le dejaron sin minutos en Orlando y por ello pidió desvincularse de la franquicia ante la falta de oportunidades.
Ya en este momento se especuló con su retirada, pero el dueño de los Grizzlies, Michael Heisley, consiguió convencer a J-Will para que volviese a la que fuese su casa entre 2001 y 2005 y firmarse un contrato por lo que restaba de temporada. De este modo, Jason Williams volvía a defender la camiseta de los "ositos", está vez con el número 3 a la espalda, aunque solo ha podido hacerlo en 11 partidos y con unos discretos números como base suplente: 1.9 puntos y 2.5 asistencias por encuentro.
Al ver que esta temporada ya no podría volver a jugar y ante los continuos dolores que sufre en su espalda ha decido que finalmente ha llegado el momento de poner el punto y final a su carrera profesional. Una carrera que le ha llevado a disputar 12 temporadas en la mejor Liga del mundo con cuatro equipos diferentes: Sacramento Kings, Miami Heat, Orlando Magic y Memphis Grizzlies.




Atrás queda ese Draft de 1998 en el que fue elegido en séptima posición por los Kings, por delante de gente como Dirk Nowitzki o Paul Pierce. En Sacramento maravilló a todos con sus espectaculares asistencias, en la memoria de todos los amantes del baloncesto quedará la que dio con el codo, aunque su mayor momento de gloria lo lograría en Miami, cuando en 2006 se hizo con el anillo de campeón.












Entre otras gestas, Chocolate Blanco destaca por ser actualmente el líder histórico de la franquicia de los Grizzlies en asistencias, con 2.069, muchas de las cuales acabaron en canastas de Pau Gasol.
Su adiós deja a la NBA huérfana de una megaestrella, de un jugador diferente que dejó más de una boca abierta por su estilo poco ortodoxo y más propio del playground. Un hombre que semana a semana aparecía en las recopilaciones de las mejores jugadas y que provocaba tantas alabanzas como críticas. Alguien que no dejaba indiferente a nadie con su juego.

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